Estimulación cognitiva: ¡Cuidado! Esculpimos nuestro cerebro

¡¡Feliz Año 2016!! Esperemos que el  Nuevo Año nos depare Salud (en el sentido más amplio), Dinero (necesario para vivir) y Amor (indispensable para vivir)

Repensemos en esa frase de Santiago Ramón y Cajal: «Todo hombre (y añado para ser más correcta: toda mujer) puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro», me encanta, es para mi un lema, personal y profesionalmente.

Pero hoy voy a plantearme la otra cara de esa moneda: a veces esculpimos sin querer lo que no queríamos o al menos no querríamos «si lo hubiéramos sabido», y voy a enumerar algunas reflexiones personales al respecto con el fin de que puedan ser -a quien lea esta entrada- un poquito útiles para que en nosotros mismos y en aquellos a quienes educamos (hijos, alumnos, cualquiera sobre quien podemos influir, etcétera) no «construyamos» algo «poco deseable»

1. lo que leemos, lo que escuchamos, lo que escribimos, lo que narramos… genera tendencias de pensamiento, cuando yo era niña leía cuentos, veía películas, escuchaba canciones en que personas o animales poco asertivos, siempre bondadosos, víctimas y sacrificados por los demás eran los protagonistas, cuando yo era adolescente escuchaba canciones de amor, leía novelas de amor, veía películas románticas, ¿de que manera eso ha condicionado mis relaciones personales? ¿mi autoconcepto? ¿mis valores?, diría que he recorrido un camino de pensamiento durante muchos años del que me ha sido difícil salir pese a desearlo

2. los hábitos, afortunadamente tengo algunos que considero saludables de higiene, alimentación, sueño, ejercicio, ocio, vida social, estudio, pero he tenido hábitos poco saludables como ha sido fumar durante veintisiete años, consumir innecesariamente y más de lo que hoy deseo (hostelería, textil, ocio), he perdido en parte el hábito de la lectura y en mi opinión tengo nuevos peligros con los hábitos de «estar siempre conectada» (leí esta semana una buena frase: «no eres adicto a las redes sociales si suenan notificaciones y sigues cenando», por suerte sigo presente para quienes están a mi alrededor manteniendo el móvil en silencio cuando estoy con alguien, pero noto que el hábito de estar conectada es fuerte, por ejemplo mientras desayuno), a consecuencia de ello noto que tengo el riesgo de perder el hábito de reflexionar (casi siempre hay estímulos externos absorbiendo mi pensamiento)

en el desempeño de mi trabajo veo hábitos de conducta muy implantados: anteponer siempre a los demás a uno mismo (y renunciar a lo mínimo), evitar los cambios, no tolerar el fracaso o la frustración o la pérdida… tal vez todavía estamos a tiempo de «construirnos» de manera que las dificultades de la vida nos afecten pero no nos destruyan

3. uno construye creencias sobre sí o sobre el mundo que limitan: no se me da bien la música, es tarde para aprender un idioma, los humanos somos egoístas, el mundo nunca cambiará, …etcétera

Me invito y te invito a hacernos dos preguntas para seguir profundizando en esta reflexión

¿Qué cosas he construido/esculpido que no quiero mantener?

¿Qué cosas estoy construyendo que no me interesan?

Esculpamos … lo que queremos esculpir